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Ocúpate de lo importante, que todo lo demás encontrará su rumbo.

“El cansancio que tengo es infinito; todo el dolor del mundo lo he probado; un laberinto de ansiedad habito y a tientas me revuelvo en lo intrincado” Guadalupe Amor.


Desde que se declaró la pandemia del Covid-19 en mi país en marzo de 2020, hasta hace unos días donde el Gobierno dominicano decidió levantar todo tipo de separación social así como la obligatoriedad del uso de mascarillas, distancia, entre otras medidas muchas personas sentían ansiedad. No bien se propone que cada ciudadano sea responsable de su salud y arranquemos con la covidianidad bajo responsabilidad propia, entonces inicia la guerra entre Ucrania y Rusia.


No voy a realizar un análisis profundo de las causas, porque al final todos perdemos. Pero tengo que decir que me preguntaba, ¿por qué? ¿qué es tan importante que ambos países y los aliados no tengan reparo en eliminar vidas si logran su propósito? y tal cual durante los inicios de la pandemia me provocó tristeza.


Tristeza por la falta de empatía de ambos, por la falta de amor, por la falta de tantas cosas... Sin duda alguna, hay un tema de intereses tan fuerte, que no vale la pena que las personas se queden sin hogar, que los niños lloren por el miedo, que las personas mueran, que el costo de la vida aumente a tal punto, que muchos no podrán tener las tres comidas en sus mesas, y esto me provocó tanta ansiedad que me pasaba horas y horas buscando información tanto de una como de la otra parte.


Luego de pensar un poco, me di cuenta que la ansiedad estaba inundándome. Quería tener la información de último minuto, tener el control, saber lo que iba a pasa AHORA y ahí estaba mi problema, le estaba permitiendo a la ansiedad que entrara en mi sistema.


Me estaba Pre-Ocupando por los llamados de guerra, por las muertes, por lo que dice un gobierno y lo que dice el otro, por la situación, por la escasez de contenedores, por la tasa de interés que va a subir, porque cada vez que voy al supermercado compro menos, por la gasolina, por los comentarios tan poco atinados de políticos que simplemente son una burla hacia la sociedad, por todo y por nada. Pasé de preocuparme por las variantes Delta, Omicron, etc., a estar pendiente de todos los acontecimientos externos, los cuales no puedo controlar. La verdad es que hoy y ahora no puedo hacer nada.


Estaba pensando cómo puede ser que con tantas limitaciones locales de los gobiernos todavía estemos provocando situaciones que lejos de convenir a todos son medidas que tambalearán economías familiares, gubernamentales y caerán imperios. Como consecuencia experimenté un bloqueo mental.


También me preguntaba…

- ¿Cuándo esto terminará?

- ¿Empezaremos a pasar más tiempo en casa y no por el Covid?

- ¿Y en navidad, estaremos igual?

- ¿Qué otros sacrificios tendremos que hacer para continuar?


Mi mente me estaba llevando a hacerme preguntas a futuro, que si bien puedo tomar medidas, no sé a ciencia cierta si serán verdaderas y solo experimentaba un estado de agotamiento mental. Angustia y ansiedad juntas en su máxima expresión.


- Angustia: Estado de intranquilidad o inquietud muy intensas causado especialmente por

algo desagradable o por la amenaza de una desgracia o un peligro.

- Ansiedad: Estado mental que se caracteriza por una gran inquietud, una intensa excitación

y una extrema inseguridad. Y entonces, empecé a pensar qué cosas estaba permitiendo que me provocaran ansiedad y angustia y las limité.


Que hice:

- Noticias solo una vez al día. Nunca temprano en la mañana, ni antes de acostarme.

- Me enfoqué en el HOY, lo que puedo hacer HOY y hacerlo bien.

- No querer controlar lo que está afuera, lo que será mañana. NO ESTÁ EN MI CONTROL.

- Continuar mi plan de estudios para mejorar mis conocimientos.

- Revisar mi plan, las actividades que puedo lograr. Las demás las coloqué y las identifiqué como planes variables.


Coloqué mis pensamientos en lo que puedo hacer hoy y no en lo que no podré hacer mañana, solo así pude volver al control.


El Coronavirus, la guerra, la crisis, la burla, pasarán, eventualmente lo harán. ¿Cuándo? No lo sé, pero lo que sí puedo hacer es que cuando todo acabe, tener mejores habilidades, tener mejores pensamientos y muchas ganas de salir adelante.


Aprovecha este tiempo, crece, madura, aparta los pensamientos negativos, pero sobre todo, no te enfoques en el problema, sino en LA SOLUCIÓN desde tu silla.


“Sé el cambio que quieres ver en el mundo”. Mahatma Gandhi


Foto: Freepik.com

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