Método infalible para levantarte temprano sin sentirte destrozado.

"El tiempo perdido nunca se recupera de nuevo”. Benjamin Franklin.
Sabías que si mejoraras el 1% todos los días para cambiar un hábito, por ejemplo, al final traerá mejoras significativas en tu vida? Esto se debe a la teoría de las mejoras marginales.
Esta técnica fue aplicada por Dave Brailsford cuando asumió el rol de entrenador del equipo profesional de ciclismo de Gran Bretaña. Buscó todos los aspectos relacionados con el ciclismo en la vida de sus atletas e intentó mejorarlos en un 1%, convirtiéndolos en hábitos diarios.
Una rutina es una habilidad producto de la costumbre. También un hábito adquirido es hacer algo de un modo determinado, que no requiere tener que reflexionar o decidir.
Al comprender este significado hace mucho tiempo, empecé a autoanalizar mis rutinas. Eran buenas o malas? Eran piedra en mi camino o me acercaban a mis metas? Y adivinen qué?
Tenía muy buenas costumbres y hábitos, pero otras… digamos que eran perjudiciales a mis objetivos, eran como una roca que te enganchas en una pierna al lanzarte al río.
No me acercaban para nada a lo que pretendía lograr.
Me levantaba, revisaba el celular, me conectaba en la computadora, miraba el periódico y cuando me daba cuenta era muy tarde para ir a trabajar, siempre tarde al trabajo y perdiendo un valioso tiempo que es irrecuperable.
Por eso decidí evaluar las diferentes rutinas de las personas más exitosas. Y entonces lo confirmé! No hacían ninguno de mis hábitos perjudiciales. Entonces cambié, pero de manera ordenada.
1ro: Empecé a organizar mis mañanas la noche anterior. 3 cosas que no podían faltar.
2do: En las mañanas empezaba con la tarea más complicada.
3ro: Repasaba a final del día mis logros y cuales podría mejorar. Ahí te darás cuenta si utilizas tu tiempo de manera adecuada.
Una vez lo repites y repites hasta que se impregna en tu sistema se convierte en hábito y así no tendrás que pensar mucho para hacerlo de manera automática. Y eso te permite tener un orden incluso si eres de los que le pesa madrugar. Si eres de los que tienes un descontrol en la rutina, te recomiendo que inicies de manera sencilla por lo más básico: Levantarte temprano.
Cómo puedes hacerlo? Simple.
Si acostumbras levantarte después de las 7 a.m. y deseas levantarte una hora antes los siguientes pasos te podrán ayudar a lograr tu meta, sin que represente una gran decepción.
Pasos para levantarte una hora antes:
Paso 1: Proponte tu meta. A qué hora te quieres levantar?
Paso 2: Prográmate para trabajar en pequeños incrementos. Por ejemplo: Divide la hora en incrementos de 5, 10 o 15 minutos.
Supongamos que te levantarás 15 minutos antes todas las semanas y hoy te levantas a las 7:00 a.m.
a. Primera semana: Te levantarás a las 6:45 a.m.
b. Segunda semana: Te levantarás a las 6:30 a.m.
c. Tercera semana: Te levantarás a las 6:15 a.m.
d. Cuarta semana: Te levantarás a las 6:00 a.m.
Esta es la mejor manera de apuntar al blanco, disparar y lograrlo. Dice un refrán que grano a grano la gallina se llena el buche y es así. A mí me funcionan mejor los incrementos que hacerlo de un golpe.
Paso 3: Disfruta tu logro y empieza de manera productiva tu día. Celebra tomándote una taza de café o té y saborea la victoria.
No es sencillo cambiar un hábito que has realizado por mucho tiempo, lo sé. Pero es muy importante que tomes acción, que te comprometas. Si bien Mark Twain indica que el secreto de salir adelante es comenzar, mantenerte es uno de los mayores retos a los cuales nos enfrentamos.
Hoy te digo, no te rindas. El que nunca ha fallado es porque nunca lo ha intentado. El fracaso es parte del éxito. Todos pasamos esa senda, o no?
"El éxito no es el final, el fracaso no es fatal; el coraje de continuar es lo que cuenta". Winston Churchill.
Si fracasas hoy, mañana es un buen día para empezar nuevamente, pero nunca te detengas. Evalúa las causas de tu fracaso, toma medidas y continúa. Si continúas, aprenderás por dónde no transitar para lograr lo que deseas.
Si te castigas, pronto perderás el ánimo y eso te llevará a perder el foco. No permitas que el desánimo apague tu foco, porque entonces ya no habrá remedio.
¿Cuéntame si alguna vez fracasaste al intentar implementar un nuevo hábito en tu vida?